Las facciones, el periodismo y las antinomias

El miercoles 12 de octubre se propuso un debate sobre Los medios de comunicación y el poder político en el programa A dos voces , conducido por Marcelo Bonelli y Edgardo Alfano. Los invitados a debatir fueron: Jorge Lanata, Tomás Abraham (filósofo), Florencia Saitout (decana de la Facultad de Periodismo de La Plata) y María Pía López (socióloga e integrante de Carta Abierta).

El disparador fue un “documental” sobre los medios de comunicación y la política en Ecuador y Venezuela, realizado por un periodista llamado José Vález. De manera bastante propagandística (al mejor estilo 678) el informe construye con absoluta parcialidad una imagen siniestra de Hugo Chávez y Rafael Correa, donde los Estados de ambos países aparecen como monstruos que avasallan las libertades democráticas, supuestamente defendidas por los envalentonados multi-medios privados, que claramente no tienen ningún interés mercantil sino un puro altruismo que los lleva a defender las libertades democráticas. La intención de dicho trabajo, según lo que dijeron los conductores, fue comparar esas supuestas realidades con los “Medios y el poder político” (textual) en la Argentina. Sin embargo, el debate (a mi entender) ya empezó mal planteado, porque supuso que existe por un lado el poder, la política y por otro los medios de comunicación.

Como se imaginarán, fue una discusión acalorada, con una mesa diagramada en dos posiciones bien marcadas y espacialmente enfrentadas: por un lado estaba la oposición al gobierno representada por Lanata y Abraham y por otro Pía López y Saitout. Se notó claramente la habilidad de Lanata y los dos conductores para producir antinomias, oposiciones simplistas que poco sirven para pensar pero que son muy efectivas como impacto mediático y que a veces suelen instalarse como muletilla en el imaginario del anti k, por ejemplo: que el país está dividido en dos y que el gobierno avanza sobre el periodismo independiente para instalar una censura propia del fascismo. Las dos intelectuales que ocuparon la posición de oficialistas (aún cuando insistieron en que no eran funcionarias) desplegaron argumentos densos, propios de la lógica académica que bastante mal se lleva con los tiempos veloces del espacio mass-mediático, pero no lograron quebrar del todo las posiciones de los periodistas, mucho más hábiles para lanzar consignas que para pensar en profundidad; y sobre todo porque quedaron asociadas como representantes del "maldito" gobierno, presas de la antinomia planteada.


Sin embargo, María Pía sugirió una interesante idea que vengo pensando hace tiempo: los medios de comunicación , sobre todo a partir del enfrentamiento entre Clarín y el kirchnerismo, se han transformado en facciones políticas. Interesante idea, porque si algo tuvo de emocionante todo el proceso de conflicto con las retenciones móviles al sector agrario, fue que la prensa se colocó en el centro del debate, en lo que concierne a la construcción social de la agenda pública y de la realidad. Es bastante paradójico que esto se vea como “un avance contra la prensa independiente” o un signo de dictadura. Creo, al contrario, que es importantísimo para el debate democrático crítico, que los medios de comunicación (en una sociedad altamente mediatizada) sean objeto de debate en los temas políticos y sociales del país. En algún punto, el kirchnerismo logró colocar a Clarín en el ojo del huracán, cuestionando la verosimilitud de sus noticias.

Sin embargo, en la actualidad se van notando más parecidos que diferencias entre el kirchnerismo y Clarín, en el modo de producir política e imaginarios sobre el país. Enuncio algunas ideas :

1- El programa de la televisión pública 678, se ha transformado en un ámbito de masturbación ideológica llamativo. En las distintas ediciones, no hay lugar para la autocrítica, ya que eso significaría “hacerle el juego a la derecha”. Todos aquellos actores políticos que pueden llegar a correr al gobierno por izquierda (Pienso en los movimientos sociales, en los medios alternativos, en los docentes de Santa Cruz, en la izquierda partidaria), rápidamente son estigmatizados como gente estúpida y manipulada por la diabólica derecha y las oscuras pretensiones de Duhalde.

Por otro lado, los multimedios privados (con Clarín a la cabeza) hacen un esfuerzo enorme por alimentar la división entre kirchnerismo y anti kirchnerismo, etiquetando a todo aquél que apoye alguna medida de gobierno como “K”, “rentado por el Estado” “oficialista” etc. A su vez, se han vuelto parásitos ideológicos, tomando cada palabra de intelectuales que critican al gobierno como bastión de la lucha contra la supuesta dictadura K. El ejemplo más claro fue la intervención de Sarlo, intelectual de centro izquierda que a partir de su participación en 678 (única participación en mucho tiempo de un opositor en el programa) se destacó con frases al estilo "Conmigo no, Barone" , convirtiéndose en lo que seguramente ella denostaría: un producto mediático vacío de contenido, utilizado por Clarín, Perfil y La Nación para mofarse de 678.

2- A partir de lo anterior, se desprende que tanto Clarín como el kirchnerismo sobre-imprimen a un campo complejo e inestable de lo social, una imagen bien marcadita en dos. Ernesto Laclau y Chantal Mouffe han reflexionado profundamente sobre el populismo Se trata de un modo particular de articulación política que realiza una cadena equivalencial de diversas demandas, que agrupadas a partir de la construcción de un enemigo en común presentan el campo complejo de la política como un enfrentamiento entre dos bloques bien definidos. Si analizamos el debate que se dio en A dos voces, observamos que los periodistas estaban muy preocupados por acusar al gobierno de haber iniciado ese trazado, esa línea que divide al país. Pero poco importa quién comienza algo, sobre todo porque es absurdo y estéril perdernos en los orígenes de un problema social y político (eso nos obligaría a ir a los cuarenta y discutir sobre peronismo y anti peronismo, hacia fines del siglo XIX para discutir sobre el faccionalismo de Mitre, de Roca, sobre unitarios y federales etc) cuando es más interesante ver cómo funciona y se articula en la contemporaneidad. Lo interesante es que los hermanos gemelos se necesitan, y si el populismo es un rótulo que le cabe muy bien al gobierno nacional, lo cierto es que existe un populismo de mercado que muy bien representa el grupo Clarín, como el estandarte y defensor de “la gente”, a diferencia del discurso kirchnerista que se erige como encarnación del fantasmagórico “modelo”.

3- La política es una lucha de imágenes. Seguramente un politólogo me diría que es una lucha bien real. Y tendría razón, pero vale la pena no olvidar que una realidad social se procesa desde lo simbólico, de lo contrario, sería absurdo estar discutiendo hoy sobre los medios. Solamente se puede luchar contra lo que es inteligible, visible. Por eso la política, entre otras cosas, es una batalla por imponer sentidos y buscar chivos expiatorios. Duhalde, Chávez, oficialistas, gorilas, oligarquías. Sin enemigos visibles no hay política.

De lo que se trata quizá, es de pensar en otros modos de construcción que escapen a la real-politik populista. Modos de articular que disputen y amplíen lo visible, que nos ayuden a cuestionar el universo de lo posible para desarrollar la imaginación hacia lo nuevo. Aunque quizá, lo poiético no esté demasiado lejano. Y allí se encuentran las asambleas, los movimientos. Los fantasmas del 2001 recorren la Argentina.

Comentarios

  1. Gracias! muy interesante el blog de Proyecto Bolsa, contame más.

    Saludos

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  2. Buenísimo Santy! Te dejo mi blog para que lo visites. Si bien hace mucho que no escribo ahí tengo varias cosas y ahora que terminó el cuatrimestre volveré a las "pistas textuales".

    www.vocacionerrante.blogspot.com

    Abrazo compa!

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